Aurora, que es junto con Alicia ”el alma mater“ de la Fundación Anemia de Fanconi, me pidió que aportara mi testimonio para compartirlo con la comunidad.
Pero entre tanto médico, tanto científico, tanta familia coraje y tanto paciente… yo no sé qué decir, solo puedo aportar mi apellido, eso sí, único en España.
Me llamo Mª Francisca Fanconi Villar y soy descendiente de Don Guido Fanconi, el pediatra que describió por primera vez la enfermedad de la anemia de Fanconi.
Desde muy pequeña, como todos mis hermanos, soy consciente de tener un apellido raro, que mucha gente se empeñaba en complicar al escribir y que a todos le sonaba a italiano. Pero nosotros siempre aclarábamos que era suizo-italiano, de un pueblo que se llama Posquiavo.
Posquiavo es pequeño. Yo lo conocí en un viaje en el 2009. Está en un valle cerrado a 13 kilómetros de Sankt Moritz y a 13 de la frontera italiana (Tirano).
En el pueblo había mucha tradición de pasteleros y confiteros. Varias familias emigraron a España a finales del siglo XIX y fundaron “El Café suizo” en varias capitales españolas. Aproximadamente 50 años después retornaron y crearon un barrio que todavía pervive y se llama «Paseo de los Espagnoli». Mi bisabuelo, sin embargo, se quedó en Madrid porque se había casado con una segoviana. Por eso somos la única rama de los Fanconi en España.
Mi bisabuelo Gulio Fanconi Semadeni era pastelero y junto con Francisco Mattosi regentaba el café suizo de la calle Alcalá, en Madrid. Enfrente de otro famoso café que se llamaba Fornos, y donde hoy, casualidades de la vida, hay un Starbucks. En ese café trabajó en la misma época el padre de Don Guido que se llamaba Pietro Antonio Fanconi. En la Hemeroteca Nacional hay un libro que se llama “Historia de las cervecerías españolas”, de Iñigo Pedro Perero, donde se puede leer ”los Fanconi eran altos, de tez clara y muy caballerosos”.
La biografía de Don Guido la podéis encontrar en internet. Allí consta que su padre le quiso mandar a trabajar en el café suizo de Bilbao antes de empezar la carrera de medicina.
En el álbum familiar hay una foto de 1948 en la esquina de la calle Ferraz, donde había un centro de estudios de puericultura. Allí están los tres médicos Fanconi: mi abuelo Julio Fanconi González (fallecido en 1953), Don Guido (fallecido en 1979) y mi padre Julio Fanconi Monge (fallecido en 1997).
Sé que mi abuelo y Don Guido mantenían una correspondencia fluida. Y estaba al tanto de sus viajes a España, donde estuvo en varias ocasiones. Mi padre, sin embargo, era contemporáneo de su hijo Andreas. Muy parecido a su padre físicamente y su más riguroso biógrafo.
De las fotos que he encontrado, la que más me gusta es la del 22 de junio de 1969, en la Plaza Mayor de Salamanca, cuando le hicieron un homenaje. Aparece en el centro de la foto, rodeado de cinco hombres más, pero él destacaba por alto, además de por otros méritos.

Mi padre siempre decía que teníamos que estar orgullosos de ese apellido tan raro porque lo compartíamos con un pediatra ilustre, insigne investigador y sobre todo muy buena persona y muy simpático.
Muchos años después leí un reportaje que hablaba sobre la enfermedad. Fui a Pedraza a conocer a Alicia, la presidenta de la Fundación Anemia de Fanconi. Desde entonces formo parte de la organización como socia.
Francisca Fanconi.
>> EL DR GUIDO FANCONI (1892-1979): UN MODELO DE TRABAJO PARA NUESTRA FUNDACIÓN