La vida es un cúmulo de experiencias y emociones, y no todas se comparten con la misma facilidad. Pero la experiencia ha demostrado que compartir tiene un efecto liberador. Parece que al verbalizar nuestros sentimientos y angustias conseguimos atenuarlos. Que cuando hacemos el esfuerzo de reflejarlos sobre el papel, los ordenamos en nuestros pensamientos y los podemos afrontar mejor.
¿Qué te parecería poder intercambiar preocupaciones, miedos, experiencias o iniciativas con personas con una situación similar a la tuya? ¿Y si para ello no necesitaras mostrar tu cara ni tu nombre, solamente escribir, preguntar o responder?
Descubrirás que no solo no eres raro, sino que puedes ayudar a mucha gente como tú. Que no estás solo en esto, sino que hay una comunidad dispuesta a interactuar contigo. Encontrarás el valor terapéutico de las palabras.
Participa y ayuda a los demás. Te lo devolverán.