Recibir un diagnóstico adverso es una de las situaciones psicológicas más dolorosas que sufre un paciente y su entorno. Ante una enfermedad o dolencia grave, sabemos que nuestra vida y la de nuestros seres queridos está a punto de sufrir un cambio radical y tendremos que hacerle frente.
Cada caso es distinto, pero es importante seguir algunos consejos generales para poder afrontar la situación de la mejor forma posible, gestionar bien nuestras emociones y canalizar lo que experimentamos hacia un objetivo positivo.
Según varios expertos, la primera reacción que se obtiene de un paciente al que le ha presentado un diagnóstico adverso, es la negación de este. Muchas patologías aún no se han manifestado cuando son detectadas, por lo que la incertidumbre puede ser una de las primeras sensaciones que aparezcan.
El valor de las segundas opiniones
Por ello, es muy recomendable pedir segundas opiniones a otros profesionales. No sólo para confirmar el diagnóstico, sinó para obtener más variedad de respuestas al tratamiento. A nivel psicológico, nos ayudará a superar más rápidamente la fase de incertidumbre y, por lo tanto, a actuar antes.
Informarse ayuda a saber cómo actuar
También es fundamental resolver todas nuestras dudas. Tanto de la enfermedad, como de los tratamientos. Esto nos ayudará a ser más realistas ante nuestra situación. Conocer en qué estado nos encontramos, el nivel de riesgo al que estamos expuestos, la gravedad de la situación, los caminos a seguir, las afectaciones en la vida diaria, etc. Y, por lo tanto, a poder valorar más racionalmente cada opción.
Apoyarse en los demás
Conocer a otras personas que están pasando por una situación similar ayuda a sobrellevar un diagnóstico adverso. Por ejemplo, los grupos de apoyo, las asociaciones o las fundaciones son núcleos de soporte fundamentales donde compartir nuestras emociones y experiencias. Conocer a gente que está pasando por la misma situación ayuda a empatizar con otros casos y a crear un objetivo común.
Una actitud positiva es clave
Lograr tener una actitud positiva también ayuda a sobrellevarlo mejor. No es fácil, pero intentando no renunciar al ocio y a la diversión, el proceso se hará más ameno. Seguir realizando las actividades que nos llenan, favorecerá a una mejor calidad de vida.
En definitiva, afrontar un diagnóstico adverso no es una tarea sencilla, pero es importante recordar que no estamos solos ante este proceso. Contamos con un equipo de médicos, profesionales de la sanidad, otros pacientes, personas afectadas, amigos y familiares… Todos ellos nos brindarán su apoyo y se convertirán en pilares fundamentales para afrontar la situación.
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